En nuestra cocina no hay prisa, porque las cosas buenas llevan su tiempo. Crecimos con el aroma a albahaca fresca, con el burbujeo del tomate en cocción lenta y con las manos de la nonna amasando sin mirar el reloj.
Esa es nuestra filosofía: volver a lo esencial. Trabajamos con ingredientes italianos D.O.P., respetamos las estaciones del año y horneamos cada pizza en forno a legna como se ha hecho durante generaciones.
Aquí, la masa fermenta 48 horas, la salsa se cuece a fuego bajo, y cada plato cuenta una historia que comienza en Italia y termina en tu mesa.